La boda de Ana y Sergio es de las de maratón Covid. Cambios de fecha, cambios de finca, desesperación y un aguante de titanes. De los que saben aguantar porque saben que al final está una meta llena de buenos momentos. Y no, no defraudaron. Al final tras varios cambios, el destino les llevo a celebrar su boda en la Real Fábrica de Cristales de la Granja de San Ildefonso, que lleva muy poquito tiempo haciendo bodas y que no me equivoco si digo que dentro de poco será una de las fincas de boda favoritas en la zona centro y Madrid.
La historia de como conocí a esta pareja es sin duda de las que merece la pena contar. Hace muchos, muchos años a través de una amiga en común (que obviamente estuvo de invitada) realicé un pequeño taller de fotografía y retrato en la Cruz Roja donde trabaja Ana y donde nuestra amiga en común estaba de voluntaria. Aquella actividad sin duda fue de las que se quedan en el recuerdo aunque en ese momento se quedó todo allí. Años más tarde me escribió Ana para contarme que se casaba y que yo iba a ser su fotógrafo si o si.
Y cuando una pareja tiene tan claro que tú vas a ser su fotógrafo de su boda, un orgullo (y una responsabilidad) enorme te recorren todo el cuerpo.
El caso es que todos estos año después me encontraba en la boda de Ana y Sergio, en un día increíble de otoño, en una finca espectacular y con unos novios entregados conscientes del esfuerzo que les ha costado llegar a la meta. Os podría contar mil detalles de la boda, pero es que creo que las imágenes hablan por si solas. Una boda en la Real Fábrica de Cristales de San Ildefonso
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