Laura y Rober tenían preparada una boda muy especial, muy cercana, una boda de pueblo. Pero hay bodas de pueblo y bodas de pueblito, y la de Rober y Laura era de las segundas. En un pequeño pueblo burgales pasado Pancorbo de nombre Silanes, todo el mundo se engalanaba para el evento del verano, rosas y flores adornaban la subida a la ermita.
En pueblos así el tiempo y las relaciones sociales transcurren de una manera totalmente diferente, todo el mundo sabe la vida de todo el mundo y sobre todo los más mayores han visto crecer a las nuevas generaciones, por ello una boda en un pueblo así es especialmente íntima y personal. Casarse en donde de pequeño seguro que Roberto ha jugado y correteado es algo muy, muy especial.
Roberto se encargó con sus propias manos de limpiar la ermita donde se casarían, todo estaba decorado con mimo y cariño y el pueblo respiraba felicidad. El día trancurrió como estaba previsto y radiantes Roberto y Laura se dieron el si quiero con música celta de fondo con una auténtica banda de gaiteros. La guinda del pastel era el baile, una vez más los pueblos son diferentes, ¿a que nunca habéis vivido un baile de boda en el pilón del pueblo? pues Rober y Laura bailaron su canción bajo las estrellas, rodeados de montañas y al calor de las velitas que flotaban en el pilón.
La verdad es que he disfrutado como un enano con ellos, con la boda y con su rollo, en el plano fotógráfico todo soplaba a favor: reportaje al atardecer, una boda íntima, campos de trigo por todos los lados, y una gran complicidad con ellos gracias al reportaje preboda, una de esas bodas que recordaré mucho tiempo.
Espero que mis fotos sirvan para revivir vuestro día una y otra vez..
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Buen trabajo!!