¿Os acordáis cuando se podía salir a la calle sin más preocupaciones de si llevabas las llaves y la cartera? Pues esta preboda es de aquella época. Poco antes de que llegara toda esta locura del Covid, me fui con esta pareja al increible hayedo de Otzarreta a hacer una preboda en otoño con todos esos colores, que por otra parte conjuntaban a la perfección con la melena de Naiara y la camisa de Gorka, ni a posta.
Durante la preboda hablamos de su boda, pero sobre todo de viajes. Creo que encontramos esa cosa en común que hace que te puedas tirar horas hablando. Hablamos de India, viaje al que volvería yo meses después de estas fotos, y del que por cierto casi no vuelvo por culpa de la pandemia. Fue una tarde divertida ajenos a todo lo que se nos venía encima.
Qué felices éramos y que poco conscientes éramos de ello. En medio de este verano, siempre es agradable recordar lo bonito que es el otoño que lo tenemos a la vuelta de la esquina. Una preciosa
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