Tarde de verano y una granja, ¿se pude pedir más para una preboda?
Iñaki y Esti me esperaban en Alsasua, su pueblo. Todos esos nervios de la primera vez desaparecen y solo queda lugar para las risas y el disfrute. Mientras Esti terminaba de prepararse, Iñaki y yo nos fuimos a dar una vuelta por los rincones del lugar para buscar los mejores escenarios. Mientras hablábamos de los directos de Metallica, el grupo favorito de Iñaki, fuimos oteando el lugar.
Ya con Esti lista comenzamos a hacer fotos entre árboles, naturaleza y ovejas. Gracias a la amabilidad de los dueños de una granja del lugar pudimos perdernos por los establos mientras Iñaki y Esti se dejaban querer y yo no dejaba de sacar fotos. Como colofón al día terminamos catando el exquisito queso de los dueños del caserío y ya con el sol dormido fui deshaciendo el camino hacia casa, con una sonrisa en la cara y un magnifico queso bajo el brazo que me regalaron Iñaki y Esti.
Solo puedo invitaros a que disfrutéis como yo de esta preboda.
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