A Iñigo e Izaskun les conozco bastante bien, y muchas veces eso es lo que más respeto me da. Sacar fotos a alguien a quien conoces es una experiencia interesante, ya que has compartido tiempo con ellos, sabes como son, pero no sabes cómo pueden actuar delante de una cámara. Bueno, en este caso la respuesta era sencilla y muy agradable. La cámara no fue impedimento ninguno para que se mostrasen tal y como son.
El lugar elegido para esta preboda fue la playa de Noja. El lugar es sin duda un escenario perfecto para cualquier tipo de sesión, hay playa, acantilados, bosque. Cada dos palmos hay un rincón que fotografías. Así que entre risas, fotos y charletas fuimos consumiendo las horas de luz, hasta que el sol nos dijo adios.
Siempre es una gozada sacar fotos, pero cuando los que están al otro lado son amigos, la experiencia es redonda.
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Paisajazos y fotazas