Tras darse el «si quiero», Jorge y Mara se quedaron con ganas de más, un reportaje postboda en la playa era el complemento perfecto a las fotos del día de su boda. Así que dicho y hecho, solo había que conseguir un día que nos sonriera y ponerse manos a la obra. El lugar elegido no podía ser más adecuado, los acantilados de Noja, son un telón de fondo de lo más fotogénico.
Así que husmeando los rincones más escarpados de Noja, Jorge y Mara fueron aceptando todas y cada una de las propuestas que les hacía, daba igual lo escondido que fuera el lugar, allí que se metían. Un par de horas largas de fotos fueron suficientes para ver ponerse el sol por el horizonte y volvernos a casa con las tarjetas llenas de momentos y recuerdos que seguro que guardaran con mucho cariño.
Os dejo con ellos.
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