A mediados de Septiembre el tiempo de Cantábrico es impredecible. Ana y Rubén venían desde Madrid porque para ellos Gaztelugatxe es un lugar especial y querían realizar un reportaje postboda allí para recordar viejos tiempo. El caso es que a las cuatro de la tarde, hora a la que nos encontramos en el Eneperi para comenzar la bajada hacia Gaztelugatxe, llovía a mares. Sin posibilidad de aplazar la sesión y bajo el lema de «el mundo es de los valientes» salimos del coche dispuestos a realizar la sesión sea como fuera. Pues si, los milagros existen, os puedo jurar que 20 minutos antes de estas fotos estaba lloviendo, que pena no tener ni una foto de antes. Así que con un atardecer de ensueño, Ana y Rubén pudieron patear el lugar de su primera escapada como novios, pero ahora ya como marido y mujer. Me encanta el valor de los rincones y los recuerdos que evocan a cada pareja.
Leave a reply