Con un año de antelación Álvaro se puso en contancto conmigo para realizar una sesión preboda para montar la web de su boda aún sin saber definitivamente donde se casaban, si en Vitoria o en Dublin de donde es su ya mujer, Labhaoise. Y un gélido 24 de Diciembre nos fuimos a hacer unas fotos por la zona de Salburua. Finalmente decidieron casarse en la tierra de Labhaoise y quisieron contar conmigo también para cubrir su gran día.
Estaba claro que el día iba a llegar, mi primera boda en el extranjero, y nada más y nada menos que una boda irlandesa, la noticia no podía emocionarme más. Así que ni corto ni perezoso nos plantamos yo y mi compi Miguel Onieva (que se apunta a un bombardeo) en Dublin para cubrir una boda nada más y nada menos que un 2 de Enero.
Los ingredientes no podían ser mejores, Dublin, damas y damos de honor, una pequeña iglesia acogedora y uno de los mejores hoteles de Dublin, el Shelbourne. Tras tomarnos unas buenas pintas el día anterior y comentar todos los detalles, arrancó el gran día.
Dicen que lo importante en la fotografía, en la de bodas especialmente, es ver todo con ojos de turista, así que cuando lo eres de verdad es todo mucho más sencillo. El ambiente en casa de Labhaoise con sus damas de honor era divertidisismo, sin contar que Álvaro le tenía preparada alguna que otra sorpresa online. Finalmente se dieron el «si quiero» rodeados de su gente más cercana y con un proyector con las traducciones simultáneas de las lecturas, una boda de lo más «Lost in translation».
Pero sin duda, lo que más me gustó de la boda de Alvaro y Labhaoise fue su fiesta, pero fiesta de verdad, fiesta con estilo irlandés. Más de dos horas de banda en directo que tuvieron a toda la boda sudando y bailando como locos hasta el último aliento.
Una gran boda, y una gran experiencia personal.
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