La boda de Naira y Rober desde el principio y aún sin conocerles sabía que iba a ser una boda intimista y con mucho sentimiento. La boda se celebraría en el pequeño pueblo alavés de Legarda en los jardines aledaños a la iglesia. La comida en un txoko con la gente más cercana. Y todo preparado con mimo por ellos mismos. Testigos de la boda serían sus dos pequeñajos. Los ingredientes no podían ser mejores.
Ya en la preboda pude conocer a la familia al completo y además de ser un encanto, encima son fotogénicos. Qué más se puede pedir. Aún parece ayer cuando Naira me llamaba preocupada por los mareos con el registro civil ya que pasaba a manos privadas y no había manera de concretar la fecha, y sobre todo lo que a mi más feliz me hace es que intentaron coordinar que yo tuviera una fecha libre para que fuera su fotógrafo. La verdad es que sabía que esta boda rural en Vitoria me iba a dar muchas alegrías y así fue.
El día amaneció un poco incierto, la lluvia amenazaba pero finalmente no hizo acto de presencia. Así que en una ceremonia íntima y emotiva se dieron el si quiero antes de pasar a disfrutar de un acogedor txoko que en menos de 10min se convirtió en discoteca para disfrute de los allí presentes.
Una boda de las que se salen de los cánones y donde los sentimientos están a flor de piel por el cariño y dedicación de los novios que estuvieron radiantes. Desde aquí solo puedo daros las gracias por hacerme participe de aquel gran día.
Os dejo con esta boda rural en Vitoria.
2 Comments
Gracias a ti Aitor, por hacernos inolvidables esos momentos que tantas veces recordaremos¡¡¡
gracias a tus fotos!!!
Muchas gracias por tus palabras M. Jose.., como ya les he dicho a Naira y Rober fue una boda exquisita y eso al final se refleja por si solo en las fotos. Un abrazo!