Sonrisas y lágrimas, a parte de el título de una película suele ser el denominador común de muchas bodas. Pero si he de destacar una en la que este binomio se combinó a la perfección, esa es la boda de Ianire e Ivan. Una historia con una pedida de mano de lo más romántica se esconde detrás del torrente de emociones que se vivieron en el precioso Palacio de Elorriaga que se vistió con sus mejores galas para celebrar una boda civil bien bonita.
Si hay una cosa que me gusta del Palacio de Elorriaga es la posibilidad de hacer la fiesta al aire libre al calorcito de los últimos rayos de sol del día. Y así es como terminó el día, con el sol escondiéndose y despidiendo un día más que perfecto.
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