Edurne y Christoph, Christoph y Edurne,… una de esas historias para contar a los nietos. Edurne gazteiztarra afincada en Hamburgo, Christoph de un pequeño pueblo alemán y residente en Hamburgo. Un bar y un poco de alcohol propiciaron el primer encuentro que derivó en un segundo, un tercero y finalmente una relación en toda regla. Edurne proyecta energía y positivismo y Christoph tiene el don de tener una de esas sonrisas que no necesitan más palabras para hacerte sentir cómodo. Tuve la inmensa suerte de viajar a su casa en Hamburgo a realizar la preboda donde pude conocerles un poco mejor y hacer un buen puñado de fotos.
Pero eso fue hace unos meses ya, al final el tiempo pasa para todos y el gran día llegó. El Caserón fue testigo del «si quiero» y a pesar de que el tiempo estaba un poco incierto, el día respetó y pudimos ir al bosque de Armentia a hacer el reportaje. Fotos donde se puede ver que el cariño que se tienen el uno al otro no necesita de palabras, solo hay que fijarse en como se miran.
Obviamente la boda fue multicultural. Este año ya llevo un par de ellas y me encantan. «Lost in traslations» en cada rincón y un sinfin de anecdotas que hicieron de la comida un hervidero de momentos, risas y despropósitos que terminaron en un baile tan desenfrenado como divertido.
Edurne y Christoph prepararon su boda con mimo y detalle y aunque desde dentro siempre se encuentran fallos, para mi fue una boda de 10, pero bueno que hablen las imágenes.
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